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La experiencia meditativa

* Tomo un respiro y pienso. Tal vez pienso demasiado. Como persona que vive en estos agitados días, también sufro de estrés. Confieso, no sin un poco de pena, que he llegado a experimentar con ciertas técnicas de meditación que prometen ayudar a sobrellevar esa tensión. El concepto de meditación hoy en día está demasiado de moda. Tanta es su popularidad que su práctica se muestra cada vez más diversificada, cada vez hay nuevas maneras de meditar y cada vez encontramos nuevos “entrenadores” en el internet que nos comparten sus consejos y técnicas. Son tantos que no era de extrañarse que me topara eventualmente con alguno que mi hiciera pensar “Va, está bien, vamos a intentarlo”. No quise complicarme la existencia, mucho menos tenía (tengo) por objetivo el estudiar profundamente esta clase de actividades. Para nada tengo la intención de acercarme al budismo o siquiera otorgarle facultades sobre naturales o religiosas a esta actividad. Meramente le di oportunidad porque parecía

La obra musical como persona

Uno se enamora de la música clásica, de todo lo que nos hace sentir e incluso, de los compositores. Sin embargo uno se enamora también de las obras mismas, por sí solas. Lo que pienso es que hay algo en ellas, las obras, que hacen que se perciban como ciertos entes dotados de personalidades, de características, de intenciones, de un lenguaje propio... y mientras más las escucha uno, más se da cuenta uno de esas cualidades de “persona” que tiene, más invertimos nuestros sentimientos en ellas y las vamos conociendo a un nivel tan íntimo... que uno termina por enamorarse. Para mí, este efecto es una gran manera de describir el “cómo se siente” la música clásica (por lo menos cuando un no-melómano me lo pregunta). De hecho, tal vez no sea algo exclusivo de la música clásica, pues recuerdo haber visto un meme hace tiempo que decía algo como “algunas canciones te gustan tanto que se vuelven personas”. Tal vez cuando era joven y escuchaba más música popular, disfrutaba las canciones de

Sobre Giya Kancheli

Como sabemos, existen entre los compositores contemporáneos, aquellos que pueden ser recomendados a gran parte del público, gracias a que su música no presenta retos de complejidad melódica exagerada, excesivo uso de disonancia o atonalidad que deja perdidos a muchos escuchas. Uno de estos compositores me parece sin duda, el georgiano Giya Kancheli , de quien haré un breve comentario en este post. Giya Kancheli, quien es un compositor aún viviente, goza de muchos seguidores. No es para sorprenderse, puesto que su estilo es “accesible” y de expresividad emocional directa. A veces, notamos (como es de esperarse en estos tiempos) bastante influencia minimalista; no en el sentido de repeticiones ad nauseam de motivos, sino en la manera a veces algo ligera en que presenta sus temas. Estos, siempre tonales y siempre directos. Que no piense el lector que estoy criticando al compositor. Kancheli me parece uno de los mejores ejemplos de compositores actuales, que comunican con limpieza

"Dialogue de l'ombre double" de Pierre Boulez

Dialogue de l’ombre double es una pieza, relativamente pequeña del compositor y director Pierre Boulez , quien hoy cumple 90 años. Siempre es divertido asomarse en la sección de comentarios en cada video de Youtube donde se presente una obra de este señor, puesto que parece dividir fuertemente al público. Parece ser que solo existen dos opciones o lo amas o lo odias. Esto debido a que Boulez es uno de los paladines de la música serialista (entre otras corrientes no-tan-agradables al oído popular) y en general, se le ve como el ejemplo perfecto de esos “compositores modernos que hacen música fea”.  Bueno, pero este post no hablará del compositor, sino de una de sus obras.  Considero que Dialogue de l’ombre double para clarinete y electrónica es una de las piezas más accesibles del francés. Es por eso que no dudo en recomendarla incluso a aquellos que no son tan asiduos de música clásica contemporánea.   No prometo que le guste a todo el mundo, pero de s

Sinfonía No. 1 "Kamui-Chikap" de Takashi Yoshimatsu

Entre los compositores contemporáneos que pueden ser disfrutados por el público general está el japonés Takashi Yoshimatsu , de quien ya he recomendado su Concierto para piano “Memo Flora”. En esta ocasión recomendaré su primera Sinfonía “Kamui-Chikap” que es a mi parecer, la más rica y diversa de todas sus sinfonías. Esta obra es una sinfonía del siglo XX desconocida, caracterizada por sus modos y ritmos jazzeros, lo cual no es raro en el compositor quien tiene sus inicios en rock y en jazz antes de haber comenzado a componer música de concierto. No se puede negar que esta sinfonía tiene un tinte “raro”, lo cual la hace bastante atractiva. La Sinfonía No. 1 de Yoshimatsu tiene una duración aproximada de 45 minutos, con 5 movimientos que se distribuyen más o menos así: Como se puede ver, los movimientos tienen títulos característicos: Tierra, agua, fuego, aire y arcoíris. Desconozco el programa descriptivo del compositor (si es que lo hay); sin embargo, no necesitam

'Beni Mora' de Gustav Holst

Hay varios compositores que podríamos llamarles one-hit wonders, debido a ser conocidos por solo una de sus obras a pesar de haber compuesto mucho más. El inglés Gustav Holst estaría sin duda en este grupo debido a su fama relacionada con su suite de “Los Planetas”. Sin embargo, vale la pena ir descubriendo más música de este compositor; así que en esta entrada recomendaremos una interesante pieza de su autoría. Su suite Beni Mora es una de sus obras que fue producto de la inspiración tomada a partir de su estadía en Argelia. Estancia que incluyó paseos por el desierto y por supuesto, contacto con música tradicional de los pueblos visitados. Esta suite de poco más de un cuarto de hora, también llamada “suite oriental”, nos presume ese exotismo que siempre cae bien en las obras orquestales y consiste en tres movimientos: dos Danzas y un Finale. Esta obra tiene un poder más evocativo que espectacular, las danzas son mayormente suaves y sugestivas con eventuales momentos

Cantata "Juan de Damasco" de Serguéi Tanéyev

Serguéi Tanéyev fue un compositor ruso;  alumno y amigo del buen Tchaikovsky. Característico de su estilo es alejarse de la corriente nacionalista  del famoso grupo de “Los Cinco”. En cambio Tanéyev, prefiere gran formalidad, acercándose más al estilo alemán. La mejor de sus cualidades según muchos: su destreza en contrapunto. No es un compositor ruso tan conocido como los grandes nombres pero  como es  frecuente el caso, hay muchas joyas musicales que  su exploración nos aguarda. Creo que una excelente manera de descubrir a este compositor es con su Opus 1, la Cantata “Juan de Damasco” que según esto, también es conocida como “Un réquiem ruso”. No hay mucho que explicar de esta obra. Es una obra coral de poco más de veinte minutos que cautiva al instante y termina sintiéndose como de 5 minutos.  Lo que más me gusta es la facilidad que Tanéyev tiene, desde los primeros compases, de imponer su atmósfera emocional. Me refiero a esa melancolía espiritual y profunda que en mi opinió